viernes, 27 de abril de 2007

El diploma

Éste fue el diploma por el que derramé más de una lágrima. Campeón de llanto olímpico. Resulta que me daba mucho miedo tirarme de cabeza, cosa que había que ejercitar al final de todas las clases, cuando ya estabas en tercer nivel. Primero una excusa, despues otra, me hiba de todas las clases antes de que llegara ese momento. Despues de un tiempo no me quedaron pretextos, y empecé a faltar. El único inconveniente era que en mi casa (no se si por verguenza, o por que les costaba pagar las clases y yo sabía el esfuerzo que hacían) no dije nada, pero tenía que volver como si hubiera hecho la clase. Así que llegaba a la pileta, mojaba la ropa, la guardaba, y durante el tiempo que duraba la clase, recorría la ciudad: el centro, mas presisamente.
Eran unas horas de libertad extraña, donde nadie podía verme, pero yo andaba por todas partes.
Hasta que un día, despues de mojar la malla, la gorra, las antiparras y las ojotas, listo ya para mi aventura diaria, veo llegar a la pileta a mi mamá con mi hermana menor: venían a verme nadar.
Crisis. Estallé en llanto y explicaciones.
Creo que mi mamá no entendía la situación, o no podía creerla.

Habló con mi profesora
, se pusieron al día, y a la otra clase volví.

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