miércoles, 28 de noviembre de 2007

Fumando espero....



Terminé mi participación en una película. 4 días de rodaje. Un personaje pequeño en una especie de comedia romántica. Algunas cuestiones:
Las esperas. Por Dios. Creo que el cine es básicamente un ejercicio de paciencia para el actor. Y eso que en esta película todo funcionaba de maravillas, pero la cuestión técnica lleva de por sí un armado al que (por lo menos yo) no estoy acostumbrado. En teatro, la puesta de luces suele durar uno o dos días, y personalmente, es un garrón. Bueno, en cine sería como una puesta de luces por cada escena. Me dí cuenta que tengo por lo menos una foto de cada rodaje que son todas iguales, y tienen que ver con situaciones de espera. El actor básicamente lo que hace es esperar. No estoy descubriendo nada nuevo, se ha dicho hasta el cansancio. Quizás es que como es tan esporádica la oportunidad de hacer cine, cada vez me vuelve a sorprender.
Al terminar cada escena, venía el asistente y me decía: "vení Diego, vamos al trailer así descansas". la tercera vez que me lo dijo le pedí que no lo repitiera , descansar de que? si no hice nada... Y aquí viene otra cuestión:
La pertenencia (o como quieran llamarla). Creo que tiene que ver con que esto eran solo unas pocas jornadas de rodaje, pero es difícil entrarle.
No a las escenas. Sino a formar parte. A sentirse parte de la película. En otra película me paso lo mismo, pocos días y una sensacion al terminar de no haber formado parte de algo. En SUPER no sucedió por que el rol era mayor, y además hice de todo en ese rodaje, y formé parte de su armado desde un principio. también era mía la película, como suele suceder en teatro.
Uno ensaya una obra mucho o poco tiempo, lo que sea, pero el que esta ahí todos los días sudando la gota gorda es uno. Y algún día llega un vestuarista. Otro día un iluminador. Otro un escenógrafo. Son como una especie de visitas. Que vienen a trabajar, a ser parte con sus respectivos roles. Pero todos los días los que nos vemos las caras somos los actores y el director. En cambio en esta película que terminé, volví a tener la sensación de que yo era la visita. Ya había un grupo armado que estaba trabajando hace un tiempo, ya tenían códigos, relaciones armadas. Un entramado social diríamos. Del que uno no tiene idea (y si encima es uno que no se relaciona tan facilmente...).
Creo que la diferencia fundamental para el actor es que el teatro no sucede sin él. Y el cine sí. El cine no depende del actor de la manera en que le es vital al teatro. Hay muchas cuestiones previas al actor para que el cine pueda ser. Y puede no necesitarlo. El teatro es imposible sin él. Creo que por eso también la diferencia entre actores de cine y teatro no es una pavada. El actor de teatro puede bien trabajar en cine si su percepción descubre que el medio es otro, y por ende, los recursos a utilizar también. En cine en cambio, no es necesario un actor que cuente con un cuerpo organizado, un trabajo vocal completo o hasta una formación. Igual el cambalache es tal que ambas cosas se ven mezcladas en todos lados. Cualquiera de las dos disciplinas (cine o teatro) tienen dentro suyo un sinfín de matices y de posibilidades. No es lo mismo la Martín Coronado que El Callejón. Ni es lo mismo Esperando la Carroza que La Ciénaga.
Dicen que el teatro es de los actores y el cine de los directores.

El mismo cuerpo que habilita algo puede anular lo otro.
Creo que hay que estar disponible, con el cuerpo disponible digo, para que todo pueda suceder, en el momento que tenga que suceder.

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