viernes, 28 de diciembre de 2007

Lecturas aledañas


Una de las mejores cosas que suceden cuando se está trabajando en algo, es todo el material que uno se cruza. Muchas veces termina no teniendo nada que ver con el motivo por el cual se lo fue a buscar. Pero ya está. Ya ha sido descubierto. Con esto de Aquaman me había agarrado una especie de manía en leer cualquier cosa de titulo marítimo. Así llegaron Las olas de Virginia Woolf, Moby Dick de Melville, El espejo del mar de Conrad, Agua viva de Clarice Lispector entre otros.
El último en llegar fue El marino que perdió la gracia del mar de Yukio Mishima. Una historia de amor temeroso, un poco cansado. Con un(os) niño(s) de temer. Y con uno de los mejores finales que leí.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Ensayé algunos días más antes de irme para Mar del Plata a pasar las fiestas.
Sin mucha novedad. La concentración me cuesta horrores. No se si tiene mucho sentido seguir ensayando solo. Estoy en una sala que tiene espejos. Me miro todo el tiempo.
Veré a la vuelta. Un poco de aire costero para ventilar, y algún que otro chapuzón para limpiar. Después veo.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Recién empiezo y ya tengo que parar. Aún no me pagan la película que terminé, y es el dinero con el que cuento para pagar sala de ensayo. Empiezo a consultar formularios para subsidios, Proteatro no da para unipersonales...( ¿voy a ser un unipersonal? No me gusta como suena, nunca me gustó, siempre me sonó a "actor que muestra sus habilidades")

martes, 18 de diciembre de 2007

Flecha Verde por La Greca


No tengo don, carezco de toda
habilidad, mi arte -se sabe-
es disciplina. Nada me ha tocado.
Del amor no obtuve sino el vano
trébol de la tierra; y del mar,
el caracol fallado.
No soy como los otros. Ni alado
ni dueño de esa fuerza que viene
no sé de dónde. Soy
arquero. Un vestido, un corazón,
una manzana. Mi arma atraviesa
las pequeñas cosas del mundo.
Soy el que al caer la tarde
se interna en el bosque encantado,
toca la áspera madera de los pinos
y cruza, con el frío acero de la
flecha, los nombres encerrados
en el corazón de la corteza.
Es de noche. Está todo oscuro. Mis flechas
han perdido el rumbo. Llevo
la última en la espalda. Tenso el arco, el canto
de la cuerda en el oído. No se oye nada. Sólo
las crujientes hojas del bosque, el batir
extraordinario de unas alas. Ya se ha ido. Ya
avanza por la noche, por el brillante día, la flecha
que no tiene blanco.

LEE KANG-SHENG en The Wayward cloud, de Tsai Ming Liang

jueves, 13 de diciembre de 2007

1º ENSAYO

Empecé. El año va terminando con todas las cosas, y deja tiempo libre. Alquilé la sala de ensayo y me fui dos horas (después del zoológico)
No sé, el tiempo dirá.
Decidí empezar con el movimiento. Estuve dos horas para pegar dos movimientos y fijarlos.
Me cuesta concentrarme, me voy, pienso en otra cosa. O estoy haciendo algo pensando que mejor sería estar probando otra cosa, y así...

El plano de las ideas es hermoso, pero un minuto de realidad destroza cualquier cosa.

tranquilo igual...

ZOO (divertido por naturaleza)


Me levanté temprano y me fui al zoológico. Llegué a las diez y media, media hora después de que abra, tratando de que no estuviera lleno de gente. Y así fue, algunos turistas, y mucha madre sola con los hijos. Hay que ir para ver como las madres manejan a sus hijos, toda una experiencia. Como la que obligó a toda costa a su hijo a que le de de comer a los cervatillos para poder sacarse la foto. El niño estaba aterrado con los animales (o con su madre, no se sabía)
Que decir del zoológico? todo me parece sin sentido. Solo fui para observar. La situación inicial con la que estoy empezando a trabajar tiene que ver con el cautiverio y la falta de libertad.
Es toda una experiencia permanecer frente a una jaula. La mayoría de los visitantes no dura mucho tiempo frente a una misma jaula. Se asoman, encuentran el animal, se ponen para la foto, y luego? nada más. Huyen rumbo a otra novedad. Quedarse y permanecer implica hacer explicito lo evidente. La tremenda angustia que genera (eso que no se qué es, no voy a ponerme a hablar sobre los sentimientos de los animales) observarlos durante un largo rato. No pasar, quedarse.
Estuve mucho con el oso polar. Y los mandriles. Y pancho ( o gaucho, no me acuerdo), un chimpance de 50 años que está solo en una jaula vidriada por que los otros chimpancé lo cagan a palos, y él está muy viejo y no se puede defender. Estuve mucho rato mirándolo, él estaba pegado al vidrio, tan aburrido como un chimpancé en una celda. En un momento me miró a los ojos, y yo me dije, guau! hice contacto. Así estuvimos un rato largo. Después me levanté, y leí en el cartel explicativo toda la historia que conté sobre cómo lo trataban sus antiguos compañeros. Y sobre su precario estado de salud. Y que (ups!) era ciego.

sábado, 8 de diciembre de 2007

domingo, 2 de diciembre de 2007

BLUE TWISTER, O CÓMO MI PADRE YA NO ES MI SUPERHEROE (sobre un capítulo de Six Feet Under)

"...bajo la superficie arrugada del agua, el amor de mi padre es un botín incalculable..."

"...no quiero este cuerpo extraordinario y sin uso. Quiero esa fuerza que tenía mi padre cuando cantaba los sábados al mediodía"
Hernán La Greca



Cada capítulo de Six Feet Under empieza con una muerte. El capítulo Moliendo el Maíz de la cuarta temporada arranca con la muerte de un fanático coleccionista de comics. Habla por teléfono con una persona sobre sus dificultades económicas, y mientras lo hace (negandose a vender algunas de sus reliquias que lo salvarían de la bancarrota), se trepa a una biblioteca, buscando el numero 1 de Blue twister, su reliquia más preciada. Que no quiere venderla, dice, que lo entierren con ella. Acto seguido se le viene la biblioteca encima y muere. Durante el capítulo se habla y se muestra a este tal Blue Twister.
Al promediar el capítulo, Nate, el protagonista, tiene una charla con su hermana Claire (artista plástica ella), que está preparando una especie de maqueta de su propia casa con miniaturas de su familia y todo. El único que no está es el padre. Por qué le pregunta Nate. Por que no está , le dice Claire. Y así es, el padre esta muerto. En la maqueta muchos de los muebles están suplantados por ataudes o parte de ellos. Nate le cuenta a Claire cuándo fue que descubrió de qué trabajaba su padre. Cuando era chico se murió su perro, así apareció debajo de su cama. Entonces él lo cargó en sus brazos y lo llevó hacia el sótano, el espacio donde su padre trabajaba con los muertos. Llevó al perro para que su padre lo reviviera. Pero cuando llega descubre la verdad: su padre no puede revivir. No tiene ese poder. no es eso lo que hace. Simplemente maquilla y arregla los cadáveres para que luzcan mejor en el velorio. Pero siguen bien muertos. Es solo una cuestión estética. Cuando Nate llega vemos al padre trabajando. Hay un detalle: Tiene puestos unos guantes de trabajo de un azul furioso (único detalle de color de la escena), el mismo azul con que nos mostraron a Blue Twister, héroe de la infancia. No hay nada más, ni capa, ni máscara, ni nada. Solo el par de guantes. Mi padre es un hombre ordinario. O no, esa desilusión vendrá luego, ahora es otra cosa: mi superpoderoso padre simplemente no puede.
Con estos pocos elementos alcanza para que el capítulo hable de un sinfín de paralelismos que se han hecho entre la figura del superheroe y la figura paterna. Y sin explicar nada. Sin que los personajes estén hablando de ello. Ahí está para el que lo vea. Y para el que no, luego vendrá una intervención más explicita del padre de Nate y Claire como Dead Man. Y esa explicitación del juego de la figuras da una vuelta de tuerca más en la pesadilla de Nate. No solo mi padre no es un superheroe, quizás sea uno de los villanos.