viernes, 28 de diciembre de 2007

Lecturas aledañas


Una de las mejores cosas que suceden cuando se está trabajando en algo, es todo el material que uno se cruza. Muchas veces termina no teniendo nada que ver con el motivo por el cual se lo fue a buscar. Pero ya está. Ya ha sido descubierto. Con esto de Aquaman me había agarrado una especie de manía en leer cualquier cosa de titulo marítimo. Así llegaron Las olas de Virginia Woolf, Moby Dick de Melville, El espejo del mar de Conrad, Agua viva de Clarice Lispector entre otros.
El último en llegar fue El marino que perdió la gracia del mar de Yukio Mishima. Una historia de amor temeroso, un poco cansado. Con un(os) niño(s) de temer. Y con uno de los mejores finales que leí.

No hay comentarios: