sábado, 6 de diciembre de 2008

Un comentario sobre la obra

DESDE EL FONDO DEL...


“Aquaman” es la propuesta que nos hace ver a cada uno: nuestros deseos, sueños, temores y pesadillas más ocultas. Es una puesta en escena donde involucra muchos estímulos sensoriales. De forma rápida y cruel transitamos por diferentes estados y siempre estamos espectativos.
Para la propuesta de “Aquaman” están implicadas muchas personas –desde animadores de vídeo hasta entrenadores vocales; pero sólo son dos los que defienden el trabajo en lo que parece una puesta en escena muy sencilla; trabajo que nos dibujan una idea de un hombre-mutante, que tiene ciertos poderes sobre los habitantes del mar y puede estar bajo el agua sin problemas, que al parecer está en una especie de acuario y hace espectáculos para los niños; pero no lo es; realmente hay sueños, deseos, intereses y fuerza en la intriga de la obra.
“Aquaman” es un guiño directo al superhéroe olvidado, y como tal es el guiño hacia aquellos olvidados, o que están solos, o que necesitan a alguien con quien hablar o por lo menos comunicarse.
La soledad, la incomunicación y los deseos frustrados son trabajados desde el espectáculo. Esta obra nos propone ver a alguien ya olvidado, único en su especie, desesperado por comunicarse, por volver a su habitat y por ser libre. Hay un encierro total, camuflado por mentiras, hipocrecía, delirios y un show que parece único y magnífico.
Diego Velázquez y Pablo Cura presentan excelentes interpretaciones, donde uno complementa desde el silencio, desde el juego y desde ser lo contrario, al otro. Ambos actores tienen una gran calidad y claridad en la definición de las acciones internas a seguir. La dirección actoral fue de Ciro Zorzoli, pero la dirección y dramaturgia por Diego Velázquez.

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