martes, 21 de octubre de 2008

Crítica en culturAR







TEATRO // AQUAMAN: LA SOLEDAD DEL HéROE
Por: Laura Ventura - 16/10/2008





Velázquez también actúa en "Los sensuales", de Alejandro Tantanián

Diego Velázquez despliega su inmenso talento como intérprete y bailarín, e incursiona con este trabajo en la dirección. Un héroe caído en desgracia recuerda épocas de gloria desde su búnker, una habitación detrás de la piscina del acuario donde entretiene a algunos (pocos) nostálgicos.



It´s not easy to be me” (“No es fácil ser yo”) canta el protagonista de Acquaman, uno de los siete grandes superhéroes de la Liga de la Justicia, quien salvó al mundo de las garras del Mal en el pasado. Pero ahora el mundo no requiere de sus servicios y en lugar de surcar los mares, padece sus días en la piscina de un acuario, donde quizá no sea más que la atracción para unos pocos memoriosos.
Diego Velázquez
se basó en La Fuerza, de Hernán La Greca para crear a este héroe, que como todos (como Aquiles, con su famoso talón, o Supermán, ante la criptonita) tiene debilidades y flaquezas.

Aquaman se enfrenta a diario contra el olvido, la ingratitud de sus pares y la condena eterna de su peor enemigo: la soledad. En un mundo digital, en el que los héroes no nacen, sino que se hacen por accidente, este personaje no tiene armas ni dispositivos tecnológicos; su único don es el que lo acompaña desde niño, su destreza natural para moverse como pez en el agua y su capacidad telepática, ya casi en desuso, pues no se comunica con nadie, apenas con su ayudante (Pablo Cura).

Velázquez logró una puesta emotiva, con un ritmo constante, pinceladas de humor, escenas musicales, que acompaña con su propia capacidad (humana) histriónica y corporal y algunas novedosas video instalaciones.

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